Vuelven las patadas, los codazos, los pases a la banda, los gritos desde la grada, la pasión y los arbitruchos. Si, sólo han sido dos semanas, pero para los futbolinomanos, dos semanas es toda una eternidad.
Para rebajar tensiones que mejor que recordar la mítica película italiana de 1982, "il tifoso, il arbitro e il calciatori", donde el protagonista, Pippo Franco, es hijo de un 'romanista' histórico, propietario del bar 'Forza Lupi', el gran Mario Carotenuto. Sin embargo su suegro es 'laziale'. Así que, clásica solución italiana, decide ser de la Roma con uno y de la Lazio con el otro. El cambio de chaqueta, auténtico arte en Italia en cualquier ámbito, alcanza su climax el día del derby. El pobre hombre va de un lado al otro del estadio para estar en los dos sitios. Hasta que le pillan, claro.
Un clásico entre los clásicos.
Para rebajar tensiones que mejor que recordar la mítica película italiana de 1982, "il tifoso, il arbitro e il calciatori", donde el protagonista, Pippo Franco, es hijo de un 'romanista' histórico, propietario del bar 'Forza Lupi', el gran Mario Carotenuto. Sin embargo su suegro es 'laziale'. Así que, clásica solución italiana, decide ser de la Roma con uno y de la Lazio con el otro. El cambio de chaqueta, auténtico arte en Italia en cualquier ámbito, alcanza su climax el día del derby. El pobre hombre va de un lado al otro del estadio para estar en los dos sitios. Hasta que le pillan, claro.
Un clásico entre los clásicos.
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