En medio del último partido del Campobasso, en las catacumbas del fútbol italiano, el árbitro no lo debía estar haciendo, precisamente, bien. Al menos a ojos de su presidente que, ni corto ni perezoso, se fue a la megafonia del estadio y llamó "bastardo" al árbitro en pleno partido. Pocas cosas me quedan ya por ver. Al colega le han propuesto para una sanción de 10.000 euros.
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