Aquella "brillante" idea del Mundial de Italia 90 de alejar a la gente de los fondos del terreno de juego pasó factura. Estadios que parecían grandes calderas se enfriaron como si de un frigorífico se tratara. Unido a las medidas represivas tomadas en la pasada década, ha provocado una deserción en buena parte de los estadios que, desde hace unos pocos años, comienza a ser un verdadero quebradero de cabeza para los presidentes de los equipos.
Tomemos el ejemplo de Delle Alpi en Turin, donde se vieron obligados a jugar muchos años el Torino y la Juve, aquella aberración no fue nunca del agrado ni de granatas ni de bianconeros, así que tuvieron que construir un nuevo comunale más cercano a las necesidades de los seguidores. Pero claro, no todos los equipos tienen la pasta ni los apoyos necesarios para hacer como en Turin, así que algunos equipos le han puesto imaginación al asunto.
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| No es un fotomontaje, es el nuevo aspecto que esta tomando la Curva Nord del Brescia |
Por ejemplo, en Brescia, han acercado la Curva Nord al borde del terreno de juego, con un presupuesto asumible y en un periodo de tiempo, digamos, aceptable. En total, en poco tiempo, 4500 seguidores del Brescia podrán disfrutar de la nueva grada, ensamblada en algunas de sus partes antes de ponerla en el estadio por la empresa bergamasca Gsport, especialista en ese tipo de instalaciones.
Y ahora le toca el turno al Piacenza que, con su presidente a la cabeza, ya ha pedido presupuesto a la misma empresa para realizar lo propio en su estadio, pero con una capacidad de 2500 seguidores. El problema es que el Piacenza tiene aun menos pasta que el Brescia pero se va a realizar una especie de accionado popular para sufragar los gastos con el fin de convertir el viejo sueño de los seguidores locales de arrimar su curva al borde del terreno de juego como no sucedía desde hace más de 25 años.
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