Fueron los propios clubes, incluso los
altamente endeudados como Manchester United, Manchester City y Chelsea,
quienes votaron por instaurar el Juego Limpio Financiero. La UEFA no los
ha dejado solos, está trabajando con ellos para ayudarlos a monitorear
sus finanzas y mantenerse acorde a las reglas.
Uno de los
objetivos de Michel Platini y del máximo organismo europeo es reducir la
cantidad de magnates que ven al futbol como un jugoso negocio para
expandir su fortuna sin importar cuánto afectan la esencia del juego.
A los que ya están no les va a permitir continuar inyectando capital
indiscriminadamente y seguir endeudando a los clubes, sino todo lo
contrario, pagar primero lo que deben y mantener sus cuentas en orden
para poder participar en las competiciones continentales. Sin dudas,
algo muy bueno para la salud de los clubes y del futbol.
Mientras
los equipos permanezcan en manos de multimillonarios hay una cierta
esperanza de que las deudas sean saldadas, aunque ellos parecen esperar a
tener el cuchillo en el cuello para hacerlo. Los clubes con dueños
ricos pueden “darse el lujo” de cierta manera de endeudarse con ellos,
siempre y cuando estos tengan la voluntad de asumir esas deudas como
propias. Estas deudas están limpias de intereses, porque el dinero no
fue emitido por bancos. Pero en clubes como Blackburn y Everton, que
carecen dueños ricos, la situación es mucho más complicada.
carecen dueños ricos, la situación es mucho más complicada.
La
relación entre los ingresos de los equipos y el salario total que pagan
a sus empleados es un indicador clave para medir su salud económica y
un arma imprescindible para la UEFA en la implementación del Juego
Limpio Financiero.
Como sanciones a los infractores la entidad
rectora del balompié europeo prevé retener premios, restar puntos en la
fase de grupos, limitar el número de jugadores que pueden inscribirse en
la competición, la descalificación de una competición en curso o retiro
de la licencia para participar en competiciones europeas por un tiempo
dado, como al Málaga.
¿EL MOMENTO DEL ARSENAL?
Después
de siete años de puro polvo en sus vitrinas el Arsenal puede estar
viendo, aunque muy lejos, la luz al final del túnel. Los tres millones
por partido que genera el Emirates y el beneficio de la reconversión de
los terrenos de Highbury en apartamentos, han reducido la deuda
significativamente y han permitido recortar el interés del préstamo para
construir el estadio.
Si no hubieran levantado el Emirates no
tuvieran estos niveles de ingresos que continuarán mucho más allá del
fin del pago de la deuda, lo cual acabaría sellando una redonda
operación financiera. La parte mala: ¿cuándo llegarán los títulos?
La
directiva actual del Arsenal, entiéndase Peter Hill-Wood, -descendiente
de una de las dos familias históricas de la entidad-, e Ivan Gazidis,
mantienen el modelo de permitirle a sus dueños obtener beneficios e ir
pagando progresivamente y a largo plazo la deuda del Emirates, sin poner
freno a la fuga masiva de todos sus cracks que huyen de un tope
salarial de no más de 90 mil libras por semana.
Stan Kroenke,
dueño de casi el 70% de las acciones, no ha objetado la manera de regir
el club porque busca el beneficio económico que genera la entidad por
encima de su capacidad de ganar títulos, ni tampoco inyecta capital para
reducir el tiempo en que están pagando la deuda del Emirates.
Alisher
Usmanov, presidente de Red & White Holdings y poseedor del 30% de
los activos, escribió hace meses una carta “abierta” dirigida a Kroenke y
la junta donde muestra su indignación por la manera en que se prioriza
la inversión personal del accionista mayoritario en detrimento del éxito
futbolístico de la entidad.
Detrás de esto hay una supuesta
planificación estratégica que permitirá al club situarse en
¿inmejorable? posición para cumplir con las normativas de la UEFA, pero
para poder jugar las competencias europeas primero hay que clasificarse
para ellas y al Arsenal cada vez le resulta más complicado alcanzar el
único objetivo tangible que puede trazarse desde hace varios años,
acabar entre los cuatro primeros.
Los clubes actualmente juegan
un doble papel: proporcionar ganancias a sus dueños y ganar títulos.
Lograr ambas no es cosa fácil y de ahora en adelante lo será menos
todavía. El Juego Limpio Financiero obligará a los clubes a manejarse
íntegramente y reducirá el número de magnates involucrados en los
clubes, lo cual, a todas luces, es muy bueno. FUENTE: Goal
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