No pasa una jornada de la liga inglesa de fútbol sin que surjan
acusaciones de racismo. Cuando la viva discusión sobre la suspensión por
ocho partidos para el uruguayo Luis Suárez comenzaba a calmarse, el viernes fue detenido un aficionado del Liverpool por insultar con expresiones racistas a Tom Adeyemi. Y el 1 de febrero, el capitán de la selección inglesa, John Terry, comparecerá ante un tribunal acusado de insultos racistas a un jugador contrario.
La FA quería que la sanción contra Suárez, del Liverpool, quien a
mediados de diciembre llamó varias veces "negro", en español, a Patrice Evra,
del Manchester United, fuera ejemplar. El Liverpool reaccionó duramente
contra la pérdida de su mejor delantero y puso en duda los resultados
de la investigación de 115 páginas.
El entrenador Kenny Dalglish defendió a Suárez
aludiendo a las costumbres dialécticas de Uruguay: "Su mujer lo llama
así y no creo que se sienta atacado por ella". La asociación FARE, que
lucha contra el racismo en el fútbol, calificó de "completamente
inaceptable" la manera en la que el Liverpool trató el asunto.
La Federación inglesa resta importania al asunto
Los actuales titulares de prensa negativos son doblemente amargos
para la FA, pues ninguna Federación en el mundo actúa con tanta energía
contra los desmanes en el fútbol. Los "hooligans" quedaron excluidos de
los estadios durante años y desde hace un tiempo, se prohíbe a los
aficionados proferir expresiones racistas.
"Subrayamos que si bien los recientes episodios tuvieron un gran eco
en la opinión pública se trata sólo de casos aislados", dijo a la
agencia dpa un portavoz de la Federación Inglesa de Fútbol (FA).
Por su parte, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter,
restó trascendencia al caso y sugirió que Suárez y Evra deberían darse
la mano y olvidarlo, lo que desató indignación en Inglaterra. El ex
internacional David Beckham consideró "repugnantes" las palabras de Blatter.
El defensa del Chelsea, Terry es el jugador más destacado en ser
acusado de racismo. El 23 de octubre, el defensa del Chelsea habría
insultado a Anton Ferdinand, del Queen Park Rangers. El capitán "blue" insiste en su inocencia. Ferdinand, hermano de Rio, compañero de Terry en la selección, recibió amenazas de muerte y fue objeto de mofas en twitter.
La FA declinó revelar cuántas sanciones se impusieron en los últimos
años por racismo, limitándose a subrayar que dispone de "uno de los más
reputados programas antirracistas del mundo", con el nombre de "Kick it
out".
La Federación subrayó asimismo que debe aumentarse el número de entrenadores de color en el fútbol profesional inglés
(actualmente 90 de los 92 técnicos son blancos). Se piensa incluso en
copiar una regla de la liga de fútbol americano NFL, según la cual por
cada plaza libre de entrenador debería ser considerado siempre por lo
menos a un candidato negro.
Sin embargo, el primer ministro británico, David Cameron, contradijo a la FA y advirtió el lunes de que Reino Unido "sigue teniendo un problema de racismo", y anunció que pronto se creará una comisión parlamentaria para ocuparse del "racismo en el deporte".
FUENTE: El mundo
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