El capo del grupo "Fedayn" de Napoles cae en una redada de narcotráfico

Organizada por los hermanos Fabio y Guiseppe Sabatino, de San Giorgio a Cremona, y con la colaboración de Massimiliano Amato, que era el capo del grupo ultra "Feday eam Napoli", la organización criminal se dedicaba al tráfico internacional de cocaina entre la Campania, Sudamérica y España, según han revelado hoy desde la Guardia di Finanza de Napoles. En la habitación de uno de los detenidos han sido encontrados relojes Rolex y 4 mil euros en dinero físico. La "Operación ultras" concluye la investigación abierta en Septiembre del 2005 por la policía napolitana que han llevado también a la incautación, en dos redadas, de otros 51 kilos de cocaina que, de haberse colocado en el "mercado" hubieran supuesto unos 3 millones de euros. Todo se empezó a resquebrajar con la falta de confianza entre los narcos españoles y los napolitanos, después de que un cargamento fuera interceptado por la policía italiana en el 2006. Ninguna droga pudo ser introducida, por lo que no hubo pago a los vendedores españoles. Numerosas fueron las solicitudes de pago que comenzaron a llegar a Napoles. Los traficantes ibéricos pretendían el pago de lo incautado, por valor de 1,2 millones de euros y el envio de un afiliado de la organización. Así que en Agosto, Fabio Sabatino acudió a España, pero sin dinero y sólo con el fin de aclarar lo que ocurrió con la confiscación por parte de la policía italiana de la cocaina. El gesto no fue bien interpetrado por los traficantes españoles que para "hacer entrar en razón" a su hermano guiseppe, secuestraron a Fabio. Guiseppe, preocupado por la suerte de su hermano, viajó a España con 200.000 euros para pagar parte del dinero y obtener la liberación de Fabio. Esto puso en alerta a los servicios Antidroga italianos que, a su vez, contactaron con el grupo especial de secuestros de la policía española. Finalmente han sido detenidos los tres italianos, cuatro españoles más y Jose Manuel Marquez Reina, de Sevilla y jefe de toda la trama. Los familiares del secuestrado no habían llegado a denunciar el secuestro de Fabio por temor a que emergiese todo el cotarro que tenían montado. 

FUENTE: Il mattino