La maldita "tessera del tifoso" que ha puesto en pie de guerra a todas y cada una de las hinchadas del país transalpino -ultras y no ultras-, se congela, por el momento, hasta Septiembre del 2010. Y mejor aún, los tambores, pancartas y coreografías para los que había que pedir autorización previo aviso a los mandamases competentes via fax desde hace un par de años, vuelven a ocupar su sitio en las gradas italianas. Dicho de una manera más sencilla, los grupos ya no tienen que pedir permiso para meter al estadio tambores, megáfonos, tifos y pancartas, como toda la vida vaya. La guerra continua, pero la primera batalla se ha ganado.
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