martes, 24 de noviembre de 2009

Manuel Padilla, futbolista y jornalero


"Tenía algunas ofertas y estuve cerca de fichar por el Villarreal, pero al final quise cumplir uno de mis sueños: volver a mi tierra, adquirir una parcela y dedicarme al olivar". Justo cuando algunos deportistas de élite sucumben al horror vacui encauzó su vida Manuel Padilla (Marmolejo, Jaén, 1954). Con 33 años y un menisco convaleciente, el central decidió que ya era hora de tornar a Ítaca. Ni siquiera la llegada de la televisión a Segunda y la insinuación de un mejor jornal le hicieron replantearse la jubilación deportiva. Tras permanecer tres temporadas en el Cádiz de Mágico González (1983-86) y otras seis y media antes en el Español pre Leverkusen, el único amarillo que de verdad le interesaba era el del oro líquido.
En la explotación familiar, entre estacas e hileras de algodón, auxiliado por sus dos hijos, también peloteros, y asumiendo discretas posiciones en su localidad natal, se ha empleado desde entonces. No le va mal, y secretamente admitirá que se encuentra más cómodo en ese mundo rural encapsulado por Pavese en La Luna y las hogueras que en la alta competición, la que le permitió girar por América o Asia y salir bien librado del virtuosismo de Schuster (aún conserva su Meyba con el número 8, intercambiada en un derbi) o de aquel Maradona que incluso le felicitó en el campo. “Es el mejor marcaje que me han hecho en España”, reconoció el Pelusa.
Curiosamente, uno y otro han estado a punto de coincidir de nuevo. Si el pasado sábado D10S hacía como que entrenaba a Argentina en el Calderón, ayer era el jiennense y ex compañero de Del Bosque en el Córdoba quien viajaba a Madrid para sumarse a una manifestación por la dramática situación que vive el agro español. Medio millón de personas secundó la tractorada organizada –por primera vez con quórum- por las asociaciones agrarias Asaja, COAG y UPA bajo el lema El campo se arruina, movilízate.
Padilla, que de profesional destacó por su aptitud táctica y sus condiciones para ir al cruce con limpieza, se subió a un autobús a las seis de la mañana y recorrió 330 kilómetros como si se tratase de la concentración de su equipo, consciente de que el partido no basta con disputarlo; tratándose de un sector, el agrario, que representa al 5% de la población activa, hay que ganarlo por goleada.
El balón está ahora en el área del Gobierno. Y los pequeños productores y los ganaderos no se van a dejar marcar por Zapatero tan fácilmente como Casillas en aquel penalti de Las Rozas.
Artículo de opinión de Sebastián Dulbecea, en la web "Fútbol no es fútbol"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

amigo mio, desde Andalucía te digo que este señor no es un jornalero sino un propietario. Es de la patronal no de los obreros, no todos los trabajadores del campo son jornaleros, este es empresario y, abuen seguro, explotará a sus moritos.
Un andaluz, jornalero de profesión.

Anónimo dijo...

amigo mio ahi te equivocas, este hombre si que es obrero en el campo trabajando sus tierras con sus hijos y te digo con conocimiento de causa q ni explota ni explotara a ningun morito, habla cuando sepas de lo q estas hablando amiguete.

Anónimo dijo...

La gente habla sin tener la mas minima idea.este hombre sigue en su pueblo,marmolejo,trabajando sus olivos,curtido del sol y luchando por sobrevivir con sus hijos.
Hija d otro jornalero marmolejeño