La historia de Luther Blissett podría resumirse sólo con su nombre. ¿Por qué? Porque es un nombre desconocido para la mayoría de los aficionados, porque es sinónimo de superación y de lucha contra las barreras raciales o porque simboliza la gloria efímera y el anunciado fracaso.
Blissett fue uno de los primeros futbolistas negros que jugó con la selección inglesa, pero salvo por este tema, nada baladí indudablemente, sus cualidades nunca le hubieran permitido pasar de ser uno más de esos delanteros criados en el fútbol británico, de gran fortaleza física y que no logran mantener una relación fluida con el balón. Sin embargo, el Milan se cruzó en su camino a comienzos de los 80 para facilitarle sus 15 minutos de fama. Lo que vieron en él los técnicos milanistas es un misterio que nunca se desveló.
Nacido en Jamaica en 1958, la vida de Blissett cambió al final de la temporada 82/83, cuando el Milan decidió pagar un millón de libras por él. Todavía no lo sabía, pero esa campaña recién terminada iba a ser la mejor de su carrera. Contribuyó con 27 goles al subcampeonato liguero del Watford, el club que durante un tiempo fue propiedad del cantante Elton John, y se hizo un hueco en la historia del equipo al firmar cuatro tantos en un partido que finalizó con victoria por 8-0 contra el Sunderland.
Sin embargo, ni sus cifras de goles ni su traspaso al Milan consiguieron engañar a quienes seguían al Watford en aquella época. En el entorno del club siempre se mantuvo que los italianos se equivocaron de delantero y ficharon al malo. El bueno, sostenían, no era Blissett, sino otro jugador también de color, pero de una técnica depuradísima y de fútbol exquisito, John Barnes, quien años más tarde se convirtió en una de las grandes estrellas del Liverpool y de Inglaterra.
En la Serie A, Blissett sólo fue capaz de anotar cinco goles en los 30 encuentros que disputó y su estancia en San Siro no pasa de ser una anécdota en la historia del club. Finalizado el campeonato, al Milan le faltó tiempo para enviarlo de vuelta al Watford, que lo recuperó por 550.000 libras, la mitad de lo que menos de un año antes habían pagado los milanistas. Entre medias le llegó el debut con Inglaterra. En su segundo partido con los Pross, y primero como titular, logró un hat-trick en el triunfo por 9-0 ante la débil Luxemburgo. No volvió a marcar en los otros 12 encuentros que disputó con Inglaterra. Así era Luther Blissett, rebautizado por los ácidos, sensacionalistas y exagerados tabloides británicos como ‘Luther Missitt’ por sus dificultades para encontrar el camino hacia el gol.
“Los grandes trabajos siempre me han olvidado”
De regreso a Inglaterra y recuperado el anonimato, Blissett continuó sumando partidos y goles, no a la misma velocidad, con el Watford, hasta alcanzar los 158 tantos en 415 encuentros. Se retiró en 1994 en el Mansfield Town, último trayecto de una carrera que también le llevó al Bournemouth, Bury y West Bromwich Albion.
Comenzó dos años después una infructuosa etapa como técnico en el Chesham United, un modestísimo club aficionado. Después de pasar por el Newport County y el Portsmouth, Blissett dirigió su vida hacia otros caminos. El poco éxito en los banquillos no lo atribuye a un problema de conocimientos, o a la falta de ellos, según se mire, sino a prejuicios raciales. “Los grandes trabajos siempre me han olvidado. No sé por qué. Ves demasiados jugadores negros con talento intentando hacerse un sitio en el mundo de los entrenadores, pero eso nunca pasa. Mientras, ves a blancos que consiguen trabajos sin tener ninguna cualificación”.
En la actualidad, Blissett está inmerso en un proyecto que nada tiene que ver con el fútbol. Trabaja en la puesta en marcha de una escudería llamada Windrush Motorsport para correr en Le Mans en 2009. “Nuestro objetivo es que haya más pilotos negros en el mundo del motor”. La lucha por acabar con las barreras raciales y la discriminación continúan presente en su vida.
The Luther Blissett Project
Las curiosidades sobre Luther Blissett van más allá del fútbol, ya que su nombre inspiró a un grupo anarquista italiano llamado The Luther Blissett Project. “No tiene nada que ver conmigo. Ellos sólo adoptaron mi nombre, porque había muy pocos jugadores negros en Italia cuando yo estuve allí. Es un grupo político, que también publica libros”, se justificó Blissett.
Este grupo comenzó a funcionar en 1994 y bajo ese seudónimo cuatro jóvenes de Bolonia, de entre 26 y 35 años, Federico Guglielmi, Luca di Meo, Giovanni Cattabriga y Fabrizio P. Belletati, publicaron en 1999 la novela Q. Toto, Peppino e la guerra psichica 2.0 es el título de otra de sus novelas. (Nota del blog: Comentario falso ya que bajo el proyecto libertario de crítica a los medios de comunicación de masas se escondían no sólo militantes de Bologna -y no cuatro precisamente, y menos con esos nombres que son totalmente ficticios- si no militantes en Roma, Venezia o incluso paises como Inglaterra. Para mejor comprensión de este colectivo de desobediencia y crítica recomiendo leer "Pánico en las redes").
Posteriormente, este grupo renunció a la etiqueta de Luther Blissett y se involucró en un nuevo proyecto bautizado como “Wu-Ming”, que en chino mandarín significa ‘sin nombre’.
Artículo de opinión publicado en AS en el 2008.
..."Luther Blissett, nombre real del peor futbolista que ha pasado por el Milan,..."
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