Nosotros no nos regimos por el calendario judeocristiano que se ha impuesto en todo el mundo. No medimos el paso del tiempo como todo aquello que comienza en Enero y va a morir en Diciembre. No, que va, no seguimos como borregos los dictados del Dios dinero que impone en estas ¿entrañables? fechas sacar la Visa oro a pasear y despilfarrar como locos en "El Corte Inglés" más cercano. Quizás sea lo que tiene seguir a tu equipo allá donde juegue y buscarte la vida para entrar por la cara o al precio más módico posible, que sabes que las cuatro perras que ganas al mes son para lo básico de la vida: la choza y el papeo. Todo lo demás viene después, pero con dinero (o sin él) vas a seguir moviéndote para ver a los tuyos fuera y dentro de casa. Y como ese es tu forma de ver de vida y la de todos los tuyos, sabes, ¡joder, claro que lo sabes! que el año empieza a finales de agosto y termina a primeros de junio. O dicho de otro modo, si rueda la pelota todo comenzó ya y si el árbitro señala el final de partido en el último encuentro de la liga, nos vemos hasta el año que viene. Todo lo que hay entre medias no es más que una anécdota.
¿Feliz año? En junio nos lo decimos.
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