Hoy, 8 de Febrero, se cumplen 32 años de la tragedia que sacudió a los seguidores del Olympiakos y que acabó con la vida de 21 de ellos. Aquel infame 8 de Febrero de 1981 el Olympiakos arrasó a sus eternos rivales del AEK en el césped con un contundente 6-0. Tras el pitido final, miles de seguidores acudieron en masa a la entrada principal del estadio para celebrar la victoria con sus jugadores.
La escaleras de la puerta 7 se convirtieron en una trampa mortal pues una puerta no se abrió en esa zona por error de los operarios. Los que estaban detrás no se percataron y empujaron hacía delante, ignorando que en la avalancha estaban siendo ahogados mucho de sus compañeros.
Finalmente murieron 21, la mayoría de ellos ahí mismo, y el resto en el hospital. Lo más impactante del caso es que nadie -y recalco NADIE- fue procesado por aquella imprudencia, la investigación policial concluyó con un sorprendente informe donde se dictaminó que nadie tuvo la culpa de aquella tragedia, como si hubiera sido una catástrofe natural inevitable. Cuan distinto hubiera sido si en lugar de jóvenes aficionados al fútbol y de extracción social baja, hubieran fallecido policías, autoridades o gente de las localidades más caras del estadio.
Nunca un grupo ultra tuvo un origen tan dramático, pues al poco tiempo de la tragedia los hinchas que se agrupaban en aquella infame puerta 7, crearon la Gate 7, en honor y memoria de estos jóvenes que perdieron la vida en su estadio.
¡Que la tierra les haya sido leve!
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