viernes, 22 de febrero de 2013

Los hooligans bajo las dos Alemanias (Primera parte)

En la Alemania unificada el movimiento ultra tuvo una fisonomía y una estructura diferenciada del resto de países europeos en sus comienzos. De todas maneras, aun presentando connotaciones peculiares, tuvo nexos de unión con el desarrollo de otras escenas, quizás la principal radique en la fuerte presencia de militantes políticos extremistas en sus grupos, provocando a su vez incidentes y actos que tuvieron una matriz racista y xenófoba.
EL COMIENZO DE TODO
El primer club de fútbol de Alemania nació en Hannover en 1878. En 1900 se crea la Federación de fútbol, y no es hasta 1963 cuando surge la Bundesliga. Tan sólo dos años después, en 1965, se produce el primer episodio de violencia relacionada con el fútbol en el partido que enfrentó al Hannover y al Manchester United, donde también participaron soldados norteamericanos que presenciaron el partido al tener allí establecida una base la siempre asquerosa OTAN. Apenas fue un escarceo que fue mayoritariamente ignorado, pero no es menos cierto que supuso una señal premonitoria de lo que ocurriría años después.
Hasta los años 60 el fenómeno del tifo era completamente desconocido en Alemania y existía muy poca cultura de grada en el país. No obstante, ya en aquellos años los aficionados alemanes resaltaban en un aspecto de los del resto del continente: su vestimenta. Muchos aficionados alemanes comenzaron a llevar chalecos vaqueros a los estadios, llenos hasta arriba de insignias, parches, etc...de sus respectivos equipos. Esos chalecos eran -y son- llamados "kutters".
Entre los años 60 y 70 el fútbol de la Alemania occidental se lava la cara. Se reconstruyen, se crean o se modernizan la mayoría de los estadios del país, estando desde entonces a la vanguardia europea en esta materia. Eso no es óbice para que los incidentes en los estadios se comiencen a multiplicar como los números rojos en mi cuenta bancaria. Así, en junio de 1979 en el "Volksparkstadion" de Hamburgo, una "pacífica" invasión de aficionados sobre el cesped acabó con un saldo revelador: 65 heridos. La espiral de violencia lúdica creció a partir de entonces, como suele ser común, por el efecto del contagio, esto es, si tu en tu estadio la lías gorda, yo en el mio lo haré más. A esto hay que añadirle un nuevo actor en escena a partir de 1982, la eclosión del fenómeno skinhead en las gradas alemanas. Ningún equipo se libró de su presencia, miembros de grupos OI! alemanes como Idiot o Big Ball también acudían a los estadios, y se llegó a constatar importantes núcleos en algunas aficiones, como la del Hamburgo donde se llegaron a contabilizar hasta 200 boneheads en su grada.
HEGEMONIA DE LAS BANDAS
Con el nacimiento de "gangs" en los equipos y la organización de los skinheads, los niveles de violencia aumentaron considerablemente. En el derby del norte entre el Hamburgo y el Werder Bremen, en 1982, se produjo el primer muerto relacionado con el fútbol en la historia alemana (Ver: Aquel oscuro 17 de Octubre de 1982 en este mismo blog). También en 1982 se produjeron unos bestiales incidentes entre seguidores del Bayern de Münich y del Stuttgart, produciéndose 50 heridos y 18 detenidos. Un año después, la película se volvió a repetir en Dortmund, donde partidarios del Borussia y del Hamburgo, hermanados por entonces, se liaron a hostias con los del Schalke 04. 
Fortuna Dusseldorf-Eintracht Braunschweig 1988/1989
LA INFILTRACIÓN NEONAZI
Todo este nuevo movimiento en las gradas alemanas no pasa inadvertido para los jerifaltes nacionalsocialistas del país, especialmente para el "fuhrer" alemán de los años 80, el siempre inefable Michael Khunen, que ven en los estadios un campo de captación inmenso para nuevos militantes, tal y como sucedió en Inglaterra, Francia, España, Italia, Grecia...la lista es larga por desgracia. Entre los grupos más proclives a esta nueva concepción que unía fútbol-xenofobia-neonazismo sobresalieron varios grupos, a saber: los Borussen Front del Borussia de Dortmund (desgraciadamente de vuelta en el año 2012 según informaciones llegadas de Alemania), Zyklon B del Berlin (asqueroso nombre cogido del gas que utilizaban los nazis para gasear a la banda), Adler Front del Eintracht de Frankfurt...y luego grupos menores en el Hamburgo, Nuremberg o Münich (sólo en el Múnich 1860, no en el Bayern). ¿Hubo peña que procuró pararles los pies? Por supuesto, en las gradas del Bayern de Münich y en la del Borussia de Moenchengladbach los nazis se comieron en aquellos años un colín. Y también surgieron grupos comprometidos contra el fascismo en las gradas como la "Gelsen Szene" en el Schalke 04, que contaban con mucha presencia de migrantes turcos en sus fials o, como no, los chicos del Sankt Pauli, organizados en aquellos años bajo el grupo "Strortebecker", con un barrio en pie de guerra y centro del movimiento autónomo alemán -con permiso de Berlin- de aquellos años.
UNA SOLA ALEMANIA
Desde 1983 muchos seguidores comenzaron a seguir a la selección de la RFA fuera de sus fronteras. Aquel mismo año, en Berlin, y en un partido que enfrentaba a la RFA contra Turquía algunos boneheads colgaron una pancarta con el lema "Kreutzberg muss brennen/Kreutzberg debe arder", en referencia al famoso y popular barrio berlines que durante los últimos 40 años ha tenido una importante presencia de migrantes turcos en sus calles. En 1984 15.000 alemanes acuden a ver a su selección a Estrasburgo frente a la anfitriona francesa en plena eurocopa. Allí se monta la de dios es cristo con los alemanes. Son años de un fuerte patriotismo en algunas gradas, fruto de ello que la banda cerda Bohse Onkelz produjera una canción versioneando el himno alemán, por ejemplo.
Es a partir de 1987 cuando los alemanes más proclives a la violencia en el fútbol comienzan a denominarse como "hools" y aceptan tal denominación. Aquel mismo año, en un amistoso Alemania-Inglaterra se producen fuertes enfrentamientos entre hooligans de ambos equipos con el saldo de 40 detenidos. 
También a mediados de los 80 surgen los primeros fanzines en la escena alemana. El más destacado quizás fue el "Fan Treff", que acabó convirtiéndose en el órgano de expresión de toda esta corriente hooligan de extrema derecha. Estos mismos llegaron a sacar una camiseta a la venta con el lema "ich bin stolz ein Deutscher/Estoy orgulloso de ser alemán". 
En aquellos años se producen también unos fuertes incidentes entre hooligans de Alemania y Holanda en un amistoso que se disputó en Dusseldorf y que dieron la vuelta al país.
Kaiserlautern
OTRA VUELTA DE TUERCA
Visto los niveles de violencia que comienzan a sacudir los cimientos del fútbol alemán las autoridades germanas meten mano. Esta época, que podemos establecer entre 1988 y 1990, coincide con el declive del movimiento bonehead y la desaparición de algunos grupos de hooligans como los "Destroyers" del Karlsruher o el "Borussen Front" de Dortmund, insisto con estos últimos, parece ser que de vuelta. Muchos antiguos skinheads (bones) dejan crecer un poco su pelo, cambian de vestimenta y adoptan un estilo similar -que no idéntico- a los casuals en Inglaterra, para pasar un poco más desapercibidos a ojos de la policía. También son épocas de coaliciones contra el enemigo común, más que de hermanamientos precisos. Así se observan corrientes de amistad entre hooligans del Schalke 04 y el Nüremberg, el Stuttgart y el Bayern Leverkusen o el Werder Bremen y el Hertha de Berlin. 
Esto no quiere decir que los nazis desaparezcan de las gradas ni que los incidentes disminuyan, sino que simplemente todo se transforma, una buena muestra de ello es que el 20 de Abril de 1994 se suspendió un amistoso entre Alemania e Inglaterra en Hamburgo para evitar que los cerdos alemanes la liasen con ocasión del aniversario del nacimiento de Adolf Hitler (ver: El País 1994)

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