martes, 15 de enero de 2013

Livorno-Modena por Cosimo Villari

"Primo nemico" es un libro escrito por Cosimo Villari en 2006 y narra su vida como ultra del Napoles. El libro, sencillamente, es la hostia y guarda un sitio preferente en mi colección. Basta ver como lo abre en el prólogo: "Siempre he vivido de manera incomoda, contra todo y contra todos. Porque el adversario es siempre un enemigo, pero "el blu" (NOTA LBI: el madero) será siempre el "primer enemigo". Así que ya os podéis hacer una imagen del resto. He escogido para reproducir y traducir al castellano uno de los capítulos finales en los que, casualmente, no habla del Napoles sino de un viaje que hizo junto a los ultras del Modena en su desplazamiento a Livorno, en los años gloriosos del equipo toscano en la Serie B. ¿El motivo? Es exactamente tan bueno como el resto del libro y habla del "encuentro" entre dos significadas hinchadas que históricamente han representado a la izquierda italiana.

 LIVORNO-MODENA Era un domingo en el cual el campeonato de la Serie A descansaba, mi Napoles no jugaba. Entre semana me había llamado un amigo ultra del Modena, el cual me dice que el domingo irá a Livorno. El Modena en aquellos tiempos estaba en la cabeza de la clasificación y para ellos era un partido muy sentido, sobre todo considerando el hecho que el año anterior un pequeño grupo de modeneses había conseguido llegar bajo la curva de los livorneses con el  consiguiente cuerpo a cuerpo, durísimo. Sabiendo que mi Napoles no jugaba me invitó a asistir a aquel partido. Acerté. Nos encontramos a primera hora de la mañana en Modena y después de los correspondientes saludos fuimos al bar de un ultra del Modena, donde estaba establecido el punto de salida del autobús directo a Livorno. Fui presentado a otros chavales y finalmente partimos. Eramos cerca de setecientos. Mi autobús estaba hasta arriba, con gente de pie, pero todo gente seleccionada, que iba a Livorno con la idea de buscar bronca. No escondo que estaba curioso por verles en acción. El viaje transcurrió de manera tranquila, se habló del movimiento en general, de las hinchadas más en forma del momento, de mentalidad y de peleas. Llegamos a Livorno y nada más bajarnos teníamos un comite local de bienvenida. Apenas descendidos, los modeneses intentaron acudir al encuentro con los livorneses pero intervinieron los maderos, que se esforzaron en aplacar los ánimos. Nació así un choque entre modeneses y las fuerzas del orden que muy pronto restablecieron la calma. 


Los modeneses entraron en su sector. Dentro los cánticos se sucedieron, se veía que se odiaban de veras. Apenas concluido el partido, no se como, los livorneses que estaban al lado del sector ocupado por los modeneses pudieron abrir las puertas de seguridad y acceder al campo. Se avecinaban bajo el sector de los modeneses dando lugar a un fino lanzamiento de objetos. Los chavales de Modena trataron de forzar las puertas para entrar también al campo y encontrarse con ellos, pero no lo consiguieron. Yo no estaba emotivamente implicado, viví aquello de una manera extraña y pensaba que si cualquier modenes hubiese saltado al campo habría sido masacrado por lo livorneses. Después los esbirros cargaron para meter a los livorneses en su curva y todo finalizó. Salimos todos del sector y fuimos directamente al autobús. Fuera, siempre al lado de la tribuna, eran muchísimos livorneses que esperaban que los buses arrancaran para lanzarse a por nosotros. No habíamos hecho siquiera cincuenta metros cuando el autobús paró y los chicos descendieron para cargar contra los livorneses. Obviamente también baje yo. Los modeneses hicieron una carga fuerte y los livorneses recularon un poco, pero hubo un momento en que ninguno se movía. Los modeneses estaban en una situación complicada, en un cruce de carreteras, y lanzaron una nueva carga para dividir a los livorneses. Se produjo un cuerpo a cuerpo y un modenes llegó a arrebatar una bandera, después llegaron los esbirros posicionándose en medio del cruce para dispersar a los dos grupos. Después hubo lanzamiento de objetos por ambas partes. La cosa que más me llamó la atención fue que los modeneses no se pelearan con los maderos, a ellos sólo les interesaban los livorneses, así que cogí un contenedor de basura y cargué yo sólo contra los esbirros, lanzándoselo. Después cogi una bici y ayudado de otro chaval se la lanzamos. Los modeneses me miraban como a un loco. Después, y de imprevisto, llegaron más policías y nos cargaron contra el autobús. Cuando llegó la calma, nos volvieron a repartir. Los modeneses me felicitaron por mi comportamiento mientras yo seguía dándole vueltas a que nunca se hubieran pegado con la policía. Me dijeron que Modena es una realidad pequeña y si se peleaban contra la policía en 24 horas estarían todos arrestados. Como discurso no me gustaba y pensaba que era un tío afortunado de vivir una realidad como la de Napoles, una realidad metropolitana y muy difícil de tener bajo control. De hecho, cuando los maderos cometen abusos, no tardamos nada en darles respuesta.
Miembros de la Ex-Brigate Gialloblu batiéndose el cobre con los Boys Parma
Bajo la Nord del Olímpico de Roma en busca de laziales

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