jueves, 3 de enero de 2013

Hooligans racistas en el fútbol inglés (tercera parte)

El incremento de gente negra en las firms inglesas no fue un paso rápido. En el Aston Villa o en el Sheffield Wednesday, antes de que existieran firms multiraciales hubo importantes mobs racistas. 
 Más curioso es el caso del Bradford City que tuvo una curiosa -y combativa- firm que estaba compuesta por muchos inmigrantes de origen asiático. Indios, musulmanes, afro-caribeños y blancos componían un grupo de lo más heterogéneo. Durante los disturbios raciales de Bradford en 2001, los hooligans de este equipo se mantuvieron en un discreto segundo plano. 
Algunos lads del Bradford, a comienzos de los años 80
  El clima, por tanto, fue cambiando en contra del racismo, debido a diversos factores. Por un lado, son innegables las operaciones policiales que se sucedieron en la decada de los ´80 contra grupos fascistas organizados alrededor del fútbol. Por el otro, muchas firms abrieron sus puertas a gente "foránea" y un tercer cambio se vio fundamentado en el cambio de mentalidad que se produjo en la mayoria de las aficiones, debido a las fuertes campañas contra el racismo que se organizaron desde los distintos clubs y desde los fanzines de los seguidores.
 Asi que la nueva via de escape para los fascistas en el fútbol británico dejó de ser el racismo para encaminarse hacia el lealismo. De hecho, cuando volvieron los laboristas al poder, tras el infumable gobierno de la asquerosa de Maggie Thatcher, y se comenzó a hablar entre bambalinas de una posible unión de las dos irlandas, muchos hooligans de equipos ingleses se aproximaron a las tesis de los paramilitares del UDA (Ulster Defence Association), que abogaban por no dar tregua a los católicos y, ni mucho menos, iban a acceder a la unión de las dos irlandas sin librar antes batalla.
Aquel famoso Irlanda-Inglaterra de 1995
  Así pues, en Enero de 1993 hicieron una primera prueba de fuerza en las calles de Londres al juntarse 600 fascistas, convocados por el UDA, en el día que se conmemoraba el aniversario del tristemente famoso Bloody Sunday. La intención de convocantes y participantes fue acabar la manifestación en Kilburn, un barrio de las afueras muy popular por ser el hogar de la inmensa comunidad irlandesa que reside en Londres. Se montó un cristo de pelotas y 396 personas fueron arrestadas. La policía llegó a identificar a hooligans pertenecientes a 20 gangs diferentes durante los disturbios.
 Dos años después se montó parda, de igual modo, en el partido amistoso que enfrentó a Irlanda e Inglaterra en Dublin. Rapidamente los medios de comunicación se hicieron eco de la organización fascista de los incidentes que allí ocurrieron, pero no fue del todo cierto. Es obvio que había un claro componente facha en muchos de los hooligans desplazados al encuentro, pero también lo es que otros tantos lo hicieron por "amor al arte" (de pelear).
 En el lado contrario, podriamos nombrar a los chicos del Celtic o a los hools del Manchester United, que -más o menos- representaron el hooliganismo de izquierdas. El grupo político Red Action fue el que organizó toda la movida de Antifascist Action en Inglaterra y tuvieron una gran acogida en la grada de ambos clubs, especialmente en la de los verdiblancos. Habitualmente buscaban el enfrentamiento contra las mobs fachas del Glasgow Rangers, especialmente en día señalados como la marcha por el Bloody Sunday en Glasgow o la marcha por James Connolly en Edimburgo. También los del Hibernian siguieron esta corriente hasta finales de los años ´90, pero la aparición en escena de la Scottish National Firm que pretendia agrupar bajo bandera escocesa a todos los hooligans del país (independientemente de si eran más proclives a Inglaterra o a Irlanda) provocó una seria división interna en sus filas.
Foto "muy vista" de los ingleses en Dublin, 1995
  Había más grupos que podían ser considerados, con sus tales y con sus cuales, de ideología izquierdista. Algunos de los primeros hooligans del Birmingham City fueron siempre primera línea en las movidas que sucedieron con los del National Front en su ciudad. O una pequeña facción de los hools del Millwall llegaron a afiliarse en bloque al Socialist Worker Party y llevaban propaganda de la Anti-Nazi League a su estadio.
 La inmensa mayoria de las turbas hooligans que poblaban el país estaban formadas por la clásica working class inglesa. Así que el impacto de huelgas y protestas laborales también afectó al día a día de cientos de hooligans a lo largo de toda Inglaterra. Por ejemplo, durante la huelga de la metalurgia del año 1981, los chicos del Sheffield United tuvieron que recordales a base de golpes a los chavales de Reading que no era bueno reirse de huelgas ajenas. 
Con tantos hooligans trabajando en fábricas, almacenes y comercios y con el incremento de las luchas obreras -incluso con varios muertos de saldo- era normal que la violencia futboleros-policia fuera in crescendo con el paso del tiempo.
 Hooligans del West Ham y del Millwall participaron, por ejemplo, juntos en los piquetes violentos que se realizaron en el East End en 1984. En el mismo año y hasta 1985 se sucedieron en los centros mineros del país importantes huelgas en el sector que contaron con el apoyo de los hooligans locales, puesto que, al fin y al cabo, se trataba no sólo de su trabajo sino de la supervivencia de su región en si misma. Todo esto llevó incluso a extrañas alianzas con los enemigos de siempre, y en contra de todos los demás, como un curioso y paradójico ejemplo de autodefensa.
Seguidores del Man United residentes en Londres (Cockney Reds), 1981
 Por ejemplo, en el partido de la FA Cup que disputaron en 1984 el South Yorkshire y el Stalybridge Celtic se armó una buena con el partido interrumpido durante 24 minutos porque aficionados de ambos equipos saltaron al cesped, muchos de ellos con casco de minero incluido, el objetivo no era realmente pegarse unos contra otros, sino juntarse para cargar contra la policía, que se las vio putas para controlar la situación.
 Otro caso curioso fue el del Sheffield United que cuando ganó la promoción de ascenso en 1984 parece que no le importó a demasiada gente. Fue mucho más importante ver a centenares de aficionados -algunas fuentes los cifran hasta en 500- cargar contra la policia por toda la cara, intentando soltar toda la frustración de su situación laboral.
Incluso los macarras del Leeds United entonaron cánticos en Mayo de 1990 sobre los "mineros de Yorkshire" como una muestra de provocación a la policia, que las pasó putas en aquellas huelgas del 84 al 85 a lo largo de toda Inglaterra.
 Pero no fueron las únicas algaradas de los hooligans en aquella época, también se produjeron importantes revueltas en los barrios de las principales ciudades. En Leicester, por ejemplo, en un partido contra el Derby County se lió de tal manera que los disturbios se prolongaron durante dos noches más, fruto del descontento general en el que estaba sumido Inglaterra en los años ´80. O en Wolverhampton, donde la muerte de un chaval negro mientras se encontraba bajo custodia policial en 1987 fue una buena "excusa" para que, bajo la coordinación de Gilly Shaw, el lider de la mob local, se desatase una furia nunca antes vista en la zona contra la policía.
"Pitch invasion" de la mob del Sheffield United en el estadio del Brighton

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