Un impresionante despliegue policial fue el que se montó ayer con motivo del partido West Ham-Millwall debido a la fuerte rivalidad que tienen ambos cojuntos. Los directivos de ambos clubs trazaron un plan conjunto con las autoridades policiales para evitar que, en cualquier momento, se cruzasen seguidores de ambos equipos por las calles anexas al estadio. Los pubs fueron cerrados a una hora prudencial para evitar que algún seguidor se pasase de la cuenta y entrara al estadio bajo los efectos del alcohol. Finalmente sólo dos fueron los detenidos durante todo el dispositivo. Uno antes del encuentro durante el transcurso de una pequeña pelea y otro a la finalización del mismo que tuvo unas "amables palabras" con un agente de policía.
FUENTE: London24
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