Actualmente |
El golpe militar que se produjo en
Argentina en 1976, y cuyas fuerzas de facto gobernaron al país hasta
1983, dejó la pérdida de 30.000 desaparecidos, además de otros
tantos muertos, que pagaron con su vida la lucha por los ideales que
defendían. Además de ellos, otros tantos fueron secuestrados,
torturados y atormentados, aunque pudieron salir con vida. De eso se
trata de la historia de Claudio Tamburrini.
Tamburrini, era uno de los arqueros del
Club Atlético Almagro de su país, y estaba a punto de afianzarse
como el titular del equipo, cuando fue raptado el día 23 de
noviembre de 1977 por las fuerzas militares que el año anterior se
habían hecho con el poder. La razón: fuera de los entrenamientos
con el club, el guardameta era estudiante de Filosofía en la
Universidad de Buenos Aires, y además había estado afiliado al
Partido Comunista, motivo por el cual su pensamiento era “de
riesgo”.
“Yo vivía en Maldonado 332,
Ciudadela; en ese momento, cuando llego a casa, suena el timbre y se
presentan dos personas armadas que me preguntan por mi identidad,
respondo positivamente y me suben a una camioneta diciéndome que
tienen que hacer averiguaciones; pregunto sobre qué se trata y me
dicen que ya van a explicarme más tarde” recordó luego en los
juicios contra los militares.
En la lista de perseguidos. El primero a la izquierda. |
Una vez raptado, Tamburrini pasó 120
días en la Mansión Seré, en Morón, en un predio que el intendente
de ese momento le cedió a la Brigada Aérea de la ciudad. Durante
ese tiempo, fue torturado en numerosas ocasiones.
“Se me aplicó repetidas veces la
llamada picana eléctrica, durante un lapso que no podría precisar
con exactitud, porque no tenía noción del tiempo, por todas partes
del cuerpo, previamente se me había desvestido para tal efecto.
Había una broma recurrente que hacían los de la patota. Entraban y
decían: ¿Quién es el arquero de Almagro? Yo, señor, contestaba, y
ya me iba poniendo en guardia, porque por lo general me pegaban muy
fuerte en la boca del estómago mientras decían: Atajate ésta”
rememora.
Como una paradoja del destino, el
escape de Tamburrini, desde un tercer piso, y colgado de sábanas, se
produjo el 24 de marzo de 1978 -día en el que había comenzado, dos
años antes, esa locura en forma de gobierno- en medio de una
terrible tormenta eléctrica. Ellos huyeron desnudos, no sólo de
vestimentas sino de alma, y perseguidos por los helicópteros de la
Brigada, que habían alertado su salida.
“Así fue tomando forma este plan,
abrir la ventana con el tornillo y soltar lo más rápida y
silenciosamente posible el cable de plancha; abrir la persiana, salir
al balcón, anudar las colchas, reforzarlas con las correas, atar las
colchas a un pilar del balcón, deslizarnos por las sogas y ganar el
campo”. Estas palabras, que leídas así parecen de ciencia ficción, le
permitieron a él y sus tres compañeros protagonizar la única fuga
registrada de un centro de detención durante esa época.
En la película, interpretado por Rodrigo de La Serna |
Lo increíble del caso es que Claudio,
aún cuando las circunstancias obligaban a una salida del país lo
más pronto posible hacia Europa, decidió mantenerse en su nación
por algunos meses más, permaneciendo escondido en diferentes
domicilios. De hecho, cada siete días cambiaba de morada para evitar
los controles. Incluso, recuerda que volvió a sentir el aroma de la
libertad al festejar la conquista Argentina en el Mundial de 1978,
curiosamente sostenida por los militares.
A pesar del riesgo, comenzó a manejar
un taxi bajo otro nombre, empleo gracias al cual consiguió juntar la
cantidad de dinero necesaria para marcharse finalmente rumbo a
Estocolmo, Suecia. Para sumar algún factor heroico a su accionar,
Tamburrini decidió pasar, una semana antes de su marcha, por la
misma Mansión Seré, para de esa forma llevarse una última imagen
distinta de una casa que luego sería derrumbada completamente.
Ya afianzado en Europa, casado, con
hijos, y siendo un destacado profesor de Filosofía de la Universidad
de Gotemburgo, el ex futbolista se dedicó a escribir su historia,
denominada “Pase Libre: la Fuga de la Mansión Seré” la cual posteriormente fue llevada a la
pantalla grande en la Argentina, en la película “Crónica de una Fuga”.
Artículo extraido de Futbolistas con historia
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