miércoles, 4 de mayo de 2011

El racismo se asienta en el fútbol frances

El periódico, 2/5/2011-. El fútbol ha entrado de lleno en el debate sobre el racismo y el ascenso de la ultraderecha que desde hace meses atribula a Francia. La publicación, el jueves pasado por parte del diario digital Mediapart, de las actas secretas de una reunión que la dirección de la Federación Francesa de Fútbol celebró el pasado mes de noviembre, en la que se acordó limitar la entrada de jóvenes negros o árabes en sus 14 centros de formación hasta el máximo de un 30 % del total, ha desatado en el país vecino una polémica de hondas secuelas políticas que todo indica que no ha hecho más que empezar.


De entrada, la federación ha suspendido de sus funciones al director técnico de la misma, François Blaquart, autor de la propuesta, y ha abierto una investigación oficial. El Ministerio de Deportes ha hecho lo propio y el seleccionador nacional de fútbol, Laurent Blanc, ha pedido excusas por lo que dijo en la citada reunión, aclarando que sus posiciones no eran racistas sino que defendió que la selección tenía que contar con más jugadores con habilidades técnicas -«como hacen los españoles y el Barça», adujo-, en detrimento del exceso de hombres grandes y fuertes, «que, efectivamente, suelen ser negros».
Pero a unos cuantos editorialistas no se les ha escapado el hecho de que la iniciativa conecta demasiado con la denuncia que hace un tiempo hizo el líder histórico de la ultraderecha, Jean-Marie Le Pen, en el sentido de que la selección no parecía francesa dada la mayoría de negros y de magrebís que actuaban en la misma. «Otros Le Pen mandan ahora en la federación», ha escrito Renaud Dely en Le Nouvel Observateur, añadiendo lo siguiente: «Los políticos, de izquierda y de derecha, rivalizan por sacar partido de lo que ocurre en el deporte. El fútbol se ha convertido en una olla putrefacta en la que hierven los peores males de la sociedad francesa».
Un editorial de Libération también ha recurrido al símil gastronómico: «Lejos de ser patrimonio de las clases populares, el racismo es una de las cosas más compartidas de este país. Si las informaciones se confirman, habrá que decir que el fútbol, que en un tiempo fue el crisol eficaz y visible de la integración a la francesa, se ha convertido en una marmita poco apetitosa».

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