En 1996, al inicio de la primera legislatura del PP se produjo la llamada primera guerra del fútbol, una dura pugna entre las cadenas de televisión por los contratos de imagen de los clubes y la retransmisión de los partidos de fútbol de la Liga Española. Los púgiles en ese combate eran dos magnates de la comunicación de entonces: Jesús Polanco (Canal+/Grupo Prisa) y Antonio Asensio (Antena 3 TV/Grupo Zeta). El conflicto llegó a los tribunales y a la política.
El choque se inicia cuando Antonio Asensio decide entrar en el mercado futbolístico a través de Antena 3 TV, y comienza a llegar a acuerdos con los clubes para retransmitir los partidos, lo que provoca una inflación de precios que convulsiona el mercado. Antena 3 daba un golpe de mano en la segunda semana de Abril de 1996 al anunciar los derechos audiovisuales de una veintena de clubes de primera y segunda división, a partir de 1998. Prisa decidió llevar a los tribunales a Antena 3 por competencia desleal en relación con la retransmisión de los partidos. Según la empresa de Polanco, Antena 3 no disponía de avales económicos para pagar lo que había prometido a los clubes y además burlaba los derechos de emisión de las cadenas autonómicas. Prisa mantenía la tesís de que se trataba de una alianza entre Asensio, Pujol y Aznar para debilitar al Grupo Prisa en favor de Zeta y Antena 3 TV. A cambio, el gobierno catalán y el de Madrid estarían aprovechando la debilidad financiera del grupo de Antonio Asensio para garantizarse el apoyo de los medios.
Antena 3 TV reaccionó con un comunicado público, redactado en unos terminos durísimos: "El grupo Prisa prostituye las instituciones democráticas y no admite la llegada de la competencia porque no cree en ella". Por su parte, desde Prisa respondieron con munición alto calibre y desde las páginas de "El País" denunciaron que el ex-comisario de policía Joaquín Domingo Martorell era el encargado de negociar el fútbol para Antena 3. El diario ofrecia una completa biografía profesional de Martorell, en la que constaba que, en calidad de coordinador y supervisor, fue uno de los policías que interrogaron al etarra José Arregui, muerto tras varios días de torturas. Un grupo de directivos de Antena 3 y del grupo Zeta, con Manuel Campo Vidal a la cabeza, firmó una carta al director de "El País", en la que acusaba a ese diario de "echar en manos de ETA" al ex-comisario fichado por Antonio Asensio para las contrataciones deportivas. Los informativos de Antena 3 TV dedicaron un amplio espacio a la polémica, empleando términos como "bellaquería" y denunciando una "guerra sucia y canallesca" por la compra de los derechos del fútbol.
Pero el protagonismo de Polanco y Asensio no se limitó a la batalla del fútbol; los intereses de ambos en torno al negocio de la televisión de pago coparon la actualidad en la década de los noventa.
Extracto del libro "Traficantes de información", escrito por Pascual Serrano y editado por "Foca". Páginas 104 a 106
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