martes, 7 de septiembre de 2010

Según un psicólogo inglés, la policía es la que genera más violencia en los estadios

Clifford Stott, es profesor de Psicología Social en la Universidad de Liverpool, en Inglaterra, y en los últimos años ha centrado su trabajo docente y su labor divulgativa en la interacción que se da entre los seguidores más radicales de los equipos de fútbol y las fuerzas policiales. Con motivo de su trabajo, ha sido invitado a impartir una conferencia el próximo 13 de Septiembre en Jena (Alemania), invitado por los ultras del Carl Zeiss. Es por ello, por lo que un medio de comunicación digital alemán, llamado "Taz", ha entrevistado al psicólogo con motivo de esta visita, en su edición de hoy 7 de Septiembre. Y sus respuestas no dejan indiferente, pues navegan a contracorriente de la inmensa mayoría de los psicólogos que, alguna vez, se preocuparon por este tema.  Y aunque centrado en los casos alemán e inglés, sus conclusiones pueden ser extensibles al resto del continente europeo. Reproduzco la entrevista, traducida al castellano, para el blog.
Sr. Cott, ¿Quien tiene la culpa de la violencia en los estadios, la policía o los aficionados?
La mayoria de las situaciones se resuelven con el uso de la fuerza por parte de la policía
¿Pero la policía tiene que prevenir la violencia en los estadios?
Si, pero cuando se llega a un punto de ebullición, todo depende de la cooperación de los grupos participantes. El grupo más poderoso dentro del estadio es, por lo general, la policía. ¿Y como suele resolver la policía este papel? Normalmente acrecentando una situación violenta.
¿Porque cree que se producen estos errores policiales?
Tan pronto como ella se encarga del seguimiento de las masas, tiende a sofocar motines o disturbios por la amenaza de que, en cualquier momento, se puede producir una situación violenta. Pero hemos encontrado en el estudio de la dinámica del grupo que cuando la violencia policial es inapropiada, se crean condiciones psicológicas que suponen una escalada conflictiva en la situación. La policía cree que las masas suelen ser violentas y peligrosas "per se", y que, en consecuencia, debe actuar. Irónicamente, esto lo único que consigue es sembrar las semillas de la violencia.
¿Los aficionados no son culpables?
Por supuesto que hay gente entre los aficionados al fútbol que son propensos a la violencia. Pero el problema no es actuar como los aficionados, aunque seguidores y policía tienen que trabajar juntos a largo plazo. Más sencillo aún, el dialogo debe prevalecer y ser fortalecido.

¿Como pueden aficionados y policía favorecer este diálogo?
Existen canales de comunicación en Alemania, por ejemplo, con fan-projekts con mucho sentido. Son una manera eficaz de construir puentes comunicativos entre la policía y los aficionados. En este sentido, el Borussia Möenchengladbach es un ejemplo a seguir, por la mediación que se da entre los dos grupos. Pero estos canales de comunicación pueden ser perturbados por el excesivo poder de la policía. Hay que hacer comprender a la policía que además del uso de las fuerzas, se pueden desarrollar alternativas en base a la comunicación.
Un mensaje que se debería de cumplir...
Pero, en realidad, es bastante complicado, porque la policía hace cumplir su monopolio de poder, que tradicionalmente esta asociado con el uso de la fuerza. Eso debe cambiar. La policía debe encontrar la forma de interactuar con los seguidores, sin la amenaza explicita de una carga. No es sencillo. En Suecia y Dinamarca existen unidades especiales que se llaman "cuadros de diálogo de la policía". Su tarea personal es construir una conexión personal con los fans. Pero es necesario un cambio estructural, cultural y organizativo en las policias de todo el continente. Esperemos que en Octubre se promueva un programa internacional de formación, a cargo de la Comisión Europea.
¿Existen antecedentes para la coexistencia pacífica de aficionados y policía?
Si, el Mundial del 2006 en Alemania. en Frankfurt, por ejemplo, un equipo de mediación comunicativa de la policía trató de mantener la calma entre los aficionados ingleses. Muchas veces se vieron enfrente de grandes grupos de ingleses que buscaban enfrentamiento con sus homólogos alemanes, pero supieron mantener la situación.
Con hablar un poco con los hinchas, ¿usted cree que se puede evitar la violencia?
Si, eso es suficiente a veces. Un ejemplo: los hooligans alemanes habían atacado a los fans ingleses en un bar de Frankfurt. Al día siguiente, alrededor de 300 ingleses se reunieron frente a un pub británico que hacía esquina con otra calle. La situación era clara, tan pronto vieran a los aficionados alemanes, habría una pelea. De repente se corrió la voz de que los hooligans alemanes se dirigian al bar, unos 300 ingleses borrachos se pusieron en marcha para ir frente a ellos. En aquel momento, la policía de Frankfurt pasó por delante de los británicos y con un altavoz pronunciaron en inglés un pequeño discurso que finalizó con un "¿Porque no se vuelven al bar? No hay ningún problema, es sólo un rumor". Todos los ingleses se dieron media vuelta y regresaron al pub. Por el contrario, si la policía hubiera cargado, los hinchas se hubieran enfrentado a ellos y la situación hubiera empeorado mucho.
¿Que piensa usted de las prohibiciones de acceso?
Eso depende del tipo de prohibiciones de acceso. Es una buena herramienta cuando se ha realizado de manera justa, pero no suele ser así. Se que en Alemania, los aficionados tienen un gran resentimiento contra las prohibiciones de acceso a los estadios y creo que ese resentimiento esta justificado de alguna manera. Para los estadios es fundamental el derecho de libre circulación y poder recurrir la sanción correspondiente, como suecede en Gran Bretaña por ejemplo, pero en Alemania esto es manejado de maenra diferente y son los propios clubs o la Federación Alemana la que puede imponer la prohibición, sin posibilidad de apelación.  Nuestro argumento es que si tales medidas, como las prohibiciones de acceso o determinados restricciones de derechos son necesarios, tal vez sea porque la policía debe cambiar su comportamiento. Si las operaciones policiales se ejecutaran desde un modo más razonable, no haría falta imponer tantas sanciones y prohibiciones.
Enlace a la entrevista original en alemán: Taz
Biografía y obra del psicólogo (en inglés) en el siguiente enlace: Universidad de Liverpool

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