La represión no es la solución

 Parma-Spal, Cagliari-Bastia, Catania-Iraklis, Brescia-Larissa, Pisa-Viterbese, Pescara-Roma...son un montón de partidos los que han finalizado esta pre-temporada en Italia con enfrentamiento entre ultras y heridos. La novedad (y la alarma en los medios de comunicación italianos) reside en que nunca antes se dieron tantos episodios similares en el periodo estival. Hace ya varios meses que el infame ministro del interior italiano, Roberto Maroni, anunció una serie de medidas y de correctivos para los ultras (más Stewards, Tessera del Tifoso obligatoria y mayor presencia policial, entre otras) que, por el momento, parece que no le esta saliendo demasiado bien. Según un centro de estudios del país transalpino, los incidentes relacionados con el mundo del fútbol han aumentado un 20% en el último año, así como los heridos producidos por los mismos. Lo que desmonta la teoria de "a mayor represión, menos violencia" y deja los estadios vacios de pancartas, tifos, banderones y estandartes, como nos tenían acostumbrados los italianos en los ´70, ´80 y ´90´s, puesto que si se coarta la libertad de movimientos de ciudadanos libres, así como su capacidad de expresión dentro de la grada. Un episodio ejemplarizante fue la movida entre ultras de la Pescara y la Roma el otro día, que se saldó con no menos de 10 heridos y dos apuñalados o el pasado 4 de Agosto en una espectacular movida entre ultras de la Viterbese y del Pisa o en Abruzzo donde los ultras se estaban calentando a base de bien y a la policía no se le ocurrió otra medida mejor que dispersar a ambos bandos a base de pelotas de goma....en medio de una autopista.