sábado, 19 de diciembre de 2009

Ingleses en el Mundial ´82 (tercera parte)

 La noche siguiente, yo y Willis estuvimos relajados toda la mañana, acudimos a un par de bares tranquilos simplemente. Más tarde, mientras caminábamos por el centro de Bilbao, nos encontramos, de repente, con el imponente centro civico. Delante de aquel majestuoso palacio que era, de veras, muy grande se encontraba izada en el mastil (a una altura de 40 pies) la bandera del País Vasco, que era igual que la Union Jack, sólo que con los colores blanco, rojo y verde. Decidimos que aquella bandera debía ser nuestra, sin pensar en la cantidad de policía armada que había por Bilbao y que eran tiempos de serios problemas de terrorismo con la ETA -el equivalente vasco del IRA- y que estabamos de lleno en la "tierra de los bandidos". De todas maneras, no había ningún madero cerca del Palacio y Willis, que era de corpulencia flexible, se encaramó hasta el final del asta y privó a la ciudad de Bilbao de su bandera nacional. Yo naturalmente estuve muy atento -gracias al cielo no pasó ningún policía armado- y en dos minutos Willis bajó y regresó con la enorme bandera vasca. La doblamos y caminamos con ella cerca de tres millas, perdiéndonos en la noche camino de nuestro apartamento en la periferia de la ciudad. Estabamos radiantes con nuestra nueva bandera, pero claro, todavía quedaba la cuestión de quien debía guardarla, así que nos lo jugamos a cara o cruz y desafortunadamente, Willis venció. La bandera la acabamos sacando de allí y durante muchos años estuvo colgada en la casa de Willis, pero luego se acabó perdiendo en algún viejo trastero. Sólo Dios sabe que cosa hubiera pasado si nos hubieran pillado, quizás hubieramos permanecido durante varios años en alguna cárcel española, ¡pero en aquel momento coger la bandera nos pareció tan buena idea!
 Para el partido siguiente, me encontré con mi primo Gary Walker fuera del estadio. Gary, un gran seguidor del Manchester United, había venido con una firm del Burnley. Era un "top lad" y me dijo que podía quedarme con él una semana más en un pequeño apartamento que había alquilado en un lugar turístico cercano llamado Laredo, a una docena de Km. fuera de Bilbao (N. del Blog: Un poquito más será, pero vaya...). Acepté la oferta, aunque no podré olvidar la semana que me pase con la gente que me estuvo manteniendo una semana entera a base de birras y, más importante, nunca olvidaré a aquella mujer que transformó mi sexualidad para siempre, era buena idea irme con mi primo para refrescarme un poco las ideas después de tanto ajetreo. Otros 10 fans del Oldham también se quedaron un tiempo más, bueno muchisimos ingleses estiraron las "vacaciones" en el lugar y también algunos seguidores de Irlanda del Norte, y visto que nos estos no nos llevamos mucho, las vacaciones continuaron a lo grande para el resto. Como imaginareis, los locales estaban llenos de nuestra gente y cualquiera se intentaba acercarse a las chicas del lugar, que tenían en su mayoría un gran cuerpo y eran mujeres a todos los efectos. Yo mismo hice amistad con una chica llamada Tamara, no parlaba una puta palabra de inglés pero la hacía reir, así que...Estuvimos como 200 lads más en aquel pueblecito, y era muy bonito ver todas aquellas banderas colgadas en los pequeños balcones de los hoteles. Los chicos del Oldham tenían colgada una gran bandera con la cruz de San Jorge, sin duda una de las más grandes, se veía desde cualquier lugar y a mi, me hacía sentir orgulloso.
 Volvimos a Bilbao el día antes de re-embarcarnos para Gran Bretaña de nuevo. Me re-encontré con mi compañero de juerga Willis para darnos una vuelta por lo viejo de Bilbao, donde se celebraba una fiesta guapa y llena de gente. Nos bebimos un par de cervezas, y continuamos andando hasta que vimos a un chaval que parecía español, pero que tenía una Union Jack del Halifax Town sobre la espalda. Nos fuimos a donde él, pensando que se trataba de un hermano británico, pero se puso farruco y nos sacó una navaja. Alrededor hubo gente que se puso nerviosa y Willis le tiró una botella de vidrio que le acertó en toda la puta cara. Resulta que el tio no estaba sólo y desde una txozna cercana salieron varios de sus colegas y tuvimos que corretear por callejones y pequeños jardines para darles esquinazo, seguidos por estos psicópatas asesinos. Continuamos huyendo seguidos por unos 10 notas armados con todo tipo de historias. Nos escondimos con éxito en un solitario bar, aunque yo le aconsejé lo contrario al ver la clientela del bar que parecía de camellos y le comenté que no me hacía ninguna gracia acabar en el hospital o en el talego, la noche antes de regresar a casa.
 Esto fue todo, nunca olvidaré aquellas tres semanas y media en España, viendo toda una Copa del Mundo, me divertí cosa mala. Pero, a pesar de las verdaderas razones que nos llevaron allí -el fútbol, la bebida y las mujeres-, siempre recordaré este viaje por la noche en la que vencimos la guerra. Como patriota que soy, fue una de las noches más bellas de mi vida. (Nota del Blog: Puaghhhhhh).
 Shaun, fue otro seguidor de Inglaterra, que realizó el viaje.
SHAUN, SHEFFIELD UNITED
Aquello de 1982 fue un verano magnífico: mucho calor, lleno de mujeres por todos lados e Inglaterra que jugaba la copa del Mundo en España. Mi equipo estaba en la vieja tercera división por entonces, aun así 12000 no le habiamos dado la espalda, y la mitad siempre ibamos con el equipo cuando jugaba fuera. Aquel tiempo fue nuestra particular "edad de oro" en el fútbol, la escena hooligan y España´82 constituyeron para muchos la guinda sobre la tarta. El nuevo movimiento casual había nacido y a nivel de equipos era muy guapo ver que cualquier equipo de fútbol, por pequeño que fuera, tenía su propia mob o firm, como así nos gustaba que las llamaran. Los chicos de todos los equipos se concentraban en su elegancia, pero sobre todo en la voluntad de batirse, a decir verdad, las dos cosas estaban al 50%. A cualquier lad que se encuentre en los cuarenta-y-tantos, si le preguntas sobre el mejor periodo para la moda y la violencia, seguramente que el 95% te responda que en los primeros años ´80.
 Uno de los chicos me dijo que había visto en un periodico local una publicidad para el viaje y un sistema de precios ventajosos para la primera fase de la competición; era una compañia llamada "Transalpino", que era como una filial de una empresa más grande llamada "Sportsworld Travel". Vi que una de las ofertas ofrecía la "posibilidad de hacer el viaje en tren+zona de acampada a partir de 249,50 libras esterlinas". Perfecto, ya podiamos joder a muchos mongoloides en el viaje. Los blades (N.del.B: Como se conocen a si mismos los aficionados del Sheffield United) ya estábamos en marcha.
 Muchos lads optaron por hacer autostop, otros con el ferry, algunos más con el avión, con coches propios y algunos más en tren. De cualquier manera, con tal de estar en España. Daba igual cualquier jodida amonestación que tuvieras para salir del país o cualquier tocacojones similar, había que estar y punto. Para el partido de inauguración en Bilbao, la atmosfera era increible. Ayer como hoy, los ingleses saltaban a la vista por sus ganas de movida, y porque ibamos mucho más a la moda que cualquier gilipollas extranjero. Estábamos todos con nuestros Slagenzer, sombreros de cricket, shorts de Fred Perry y zapatillas adidas. Estábamos jodidamente "cool" con nuestros jerseys de pico y un puñado de chavales con su camiseta "Bulldog Bobby". La ciudad vasca de Bilbao no había visto nunca nada igual. Estábamos allí para ver y combatir, y no salimos desilusionados.
 Respecto a la puta mierda de estadios a los que estábamos acostumbrados en Inglaterra, el estadio era ultramoderno; sorprendentemente, para mear teniamos baños y había agua caliente y para acceder a la grada por las escalerillas, estas eran de cemento y no de trozos de madera. ¡Parecía salido de otro planeta! El sector donde entramos parecía dividido en dos, nosotros nos encontramos en la parte de abajo. La mob que juntamos allí los ingleses y que ocupaba casí todo el sector, estaría formada por 400-500 elementos, el ambiente se cortaba con un cuchillo. Estábamos obviamente en la parte reservada a los seguidores franceses y hubiese bastado la más minima provocación para dar rienda suelta a la violencia que todos estábamos esperando. Eramos seguidores de todas partes de Inglaterra: Peterborough, Lincoln, Hull  City, Chelsea, Bolton y Millwall estaban muy bien representados y también había otras pequeñas firms representadas como las de Kings Lynn, Doncaster y Exeter, que hoy da pereza casí nombrar.
 Continuará...

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