El desorden provocado por una docena de aficionados ingleses alcoholizados forzó a un piloto de la línea aérea Easyjet a un aterrizaje no programado en Francfort, tras el cual los gamberros quedaron en tierra. El sábado, el vuelo de Manchester a Munich, el personal de a bordo no logró tranquilizarlos, por lo que el capitán decidió hacer una escala para que un joven de 24 años fuera recluido en una celda de desintoxicación y deberá pagar una multa. Los hinchas quería asistir al partido de la Bundesliga entre Bayern Munich y Schalke, que terminó 1-1.
Agencias, 9/11/2009
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