Más de 600 ultras bordeleses vieron la victoria del Girondins frente al Vannes en la final de la Copa de la liga francesa disputada en Saint-Dennis la semana pasada. Torneo inventado y sin tradición que sirvió de plataforma para que los ultras girondinos realizaran una protesta contra el fútbol negocio y la censura a la que someten a los grupos ultras a base de pancartas (las que pudieron meter, porque algunos se quedaron en la puerta), canticos y con una huelga de animación los primeros 60 minutos del partido. El Girondins venció el encuentro y el torneo, pero para sus seguidores esto era lo de menos. Buen ejemplo para todos.
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