La Francia de la integración y el talante que propugna Nicolas Sarkozy arrastra serios problemas de racismo y rechazo a los nuevos galos nacidos en Africa. Incluso destacadas figuras del deporte como la genial atleta Eunice Barber pueden ser humillados y apaleados en plena calle a la luz del día y... hasta pueden acabar sentados en el banquillo ante la justicia.
Nacida en Sierra Leona en 1974, Barber adquirió la nacionalidad francesa en 1999 y ganó dos oros mundiales para su nuevo país: en heptatlón en Sevilla’99 y en salto de longitud en París’03. Se convirtió en una heroína para los galos, al nivel de la nadadora Laure Manaudou o la también atleta Marie Jose Perec... pero en plena calle, para la policía pierde todo su ‘glamour’ y se convierte en ‘otra africana’.
En 2006, la atleta viajaba en su coche junto a su familia y sufrió una brutal vejación junto al estadio de Saint-Denis, en el que se había consagrado tres años antes. Barber no vio cómo un policía la desviaba y fue detenida unos metros más adelante. La hicieron bajar del vehículo, la apalizaron entre varios agentes y la forzaron contra el suelo mientras le decían: “¿Te crees que hacemos esto en Africa? Has tenido suerte de que haya gente, porque si no acabarías llevando muletas”.
La versión oficial acusó a la atleta de haber mordido a dos policías, obviando la realidad de lo sucedido. Eunice Barber denunció los hechos y, en un principio, negó los mordiscos (días después los reconoció). Fue recibida por Nicolas Sarkozy (por entonces ministro del Interior) y días después vieron la luz diversas fotografías y un vídeo grabado con un móvil que dejaban al descubierto las vergüenzas de los agentes que golpearon a la atleta.
Barber, que se prepara para regresar a la competición tras duras semanas de entrenamiento en Los Angeles, vivió ayer el último capítulo de su particular pesadilla. Hubo de declarar ante la justicia gala acusada de falso testimonio... Sobran las palabras.
Publicado en Sport, 4/2/2009
Nacida en Sierra Leona en 1974, Barber adquirió la nacionalidad francesa en 1999 y ganó dos oros mundiales para su nuevo país: en heptatlón en Sevilla’99 y en salto de longitud en París’03. Se convirtió en una heroína para los galos, al nivel de la nadadora Laure Manaudou o la también atleta Marie Jose Perec... pero en plena calle, para la policía pierde todo su ‘glamour’ y se convierte en ‘otra africana’.
En 2006, la atleta viajaba en su coche junto a su familia y sufrió una brutal vejación junto al estadio de Saint-Denis, en el que se había consagrado tres años antes. Barber no vio cómo un policía la desviaba y fue detenida unos metros más adelante. La hicieron bajar del vehículo, la apalizaron entre varios agentes y la forzaron contra el suelo mientras le decían: “¿Te crees que hacemos esto en Africa? Has tenido suerte de que haya gente, porque si no acabarías llevando muletas”.
La versión oficial acusó a la atleta de haber mordido a dos policías, obviando la realidad de lo sucedido. Eunice Barber denunció los hechos y, en un principio, negó los mordiscos (días después los reconoció). Fue recibida por Nicolas Sarkozy (por entonces ministro del Interior) y días después vieron la luz diversas fotografías y un vídeo grabado con un móvil que dejaban al descubierto las vergüenzas de los agentes que golpearon a la atleta.
Barber, que se prepara para regresar a la competición tras duras semanas de entrenamiento en Los Angeles, vivió ayer el último capítulo de su particular pesadilla. Hubo de declarar ante la justicia gala acusada de falso testimonio... Sobran las palabras.
Publicado en Sport, 4/2/2009
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