La Asociación Checo-Morava de Fútbol firmó con la policía un acuerdo que determina las competencias y responsabilidades a la hora de garantizar la seguridad en los estadios de fútbol. El documento ha sido firmado poco antes del inicio de la temporada de primavera de la Primera División checa, que arranca este fin de semana.
El acuerdo reacciona a la nueva ley sobre la policía que entró en vigor el 1 de enero. Según dicha normativa, la policía ya no vigilará en los estadios de fútbol, pero seguirá asegurando el orden en las vías de acceso al estadio, según explicó el jefe de la Asociación Checo-Morava de Fútbol, Pavel Mokrý.
“La policía y los clubes monitorean con antelación las aglomeraciones de aficionados. El club de Brno así sabe, por ejemplo, que al partido acudirán mil hinchas polacos y 500 fans eslovacos, y así es posible tomar medidas preventivas”, recalcó Mokrý.
Los policías quedarán fuera del estadio y procederán contra los aficionados violentos adentro sólo en caso de que el organizador lo solicite explícitamente, pero luego tendrá que pagar por la intervención policial.
Además, el Ministerio del Interior tendrá el derecho de ordenarle a un club que juegue con las gradas vacías, en caso de que no sea capaz de mantener el orden. El nuevo acuerdo supone también la creación de una base de datos de hooligans, de modo que los clubes podrán prohibir la entrada a los hinchas violentos. A partir del 1 de julio, todos los estadios de la Primera División deberán ser provistos de sistemas de cámaras.
Algunos funcionarios critican el nuevo acuerdo y resaltan que el documento fue firmado precipitadamente y que cargará excesivamente las arcas de los clubes, como por ejemplo el director del Příbram y miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Checo-Morava de Fútbol, Jaroslav Starka.
“El Comité Ejecutivo decidió hace dos días no firmar el acuerdo y el señor Mokrý lo ratificó en contra de la voluntad de los clubes. Creo que no tiene el derecho de hacerlo. Primordialmente se trata del dinero que los clubes tendrán que invertir en sus sistemas de seguridad. Los clubes no lo sabían y el señor Mokrý nos empuja a comprometernos a cosas que en el futuro nos causarán problemas”, subrayó Starka.
Las nuevas reglas serán expuestas a una prueba de fuego este fin de semana, cuando se jueguen dos partidos de alto riesgo: el duelo entre el Sparta de Praga y el Olomouc y el clásico moravo entre el Brno y el Baník Ostrava.
Publicado en Radio Praha, 17/2/2009
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