Igor Protti nace en Rimini el 24 de Septiembre de 1967. Su viejo se llama Flavio, la vieja Marisa y tiene una hermana llamada Liana. A los ocho años ve su primer partido de fútbol, un Rimini-Sambendetesse que terminó empate a 1. Con nueve y hasta los doce juega en el Gladiatori de Sant´Ermete, su primer equipo, para luego pasar a las categorías inferiores del Rimini.
En la temporada 83/84 con 16 años, debuta en el primer equipo cuando este se encontraba en la C1 disputando las dos últimas jornadas con Materazzi de entrenador. La temporada siguiente coge el equipo Arrigo Sacchi. Igor juega cinco partidos con él, pero sufre una baja para el resto de temporada al joderse una costilla.
Guiseppe Galassi y Pier Luigi Bergamini, directivos del Rimini, encaminan sus intereses deportivos y económicos al Livorno Calcio y proponen a Igor, del cual son grandes admiradores, que encamine sus pasos en la misma dirección.
La transformación de Igor en livornés de pro no tuvo que ver sólo con el fútbol. Al tiempo de llegar a la ciudad portuaria conoció a la que, posteriormente, sería su mujer: Patrizia, una jóven tenista de la ciudad.
El equipo amaranto se salvó por los pelos aquella temporada del descenso, al acabar cuartos por la cola. Prosigamos, a pesar de haber disputado con el Livorno varios partidos todavía está con ficha de amateur hasta que en 1986 firma su primer contrato como futbolista profesional. En la 86/87 el Livorno vence la Copa de Italia de la Serie C frente al Campnia, aunque Igor lo tiene que ver desde la grada, debido a un hostión en la mandibula que le dieron a mediados de temporada, durante un encuentro. Al año siguiente es cedido a la Fiorentina, donde hace una gran labor con el cuadro florentino. La temporda siguiente regresa al Livorno, retornando en un partido de copa que el Livorno vence al Udinese en la Copa de Italia. El equipo se salva en la penultima jornada de la liga de un nuevo descenso e Igor comienza a destaparse como un buen goleador, metiendo 9 goles en 29 partidos. Al año siguiente los entrenamientos y las presencias de Igor con el equipo son discontinuas por tener que hacer la mili (KK) en Roma.
La situación económica del Livorno no es la más adecuada y a final de temporada Igor es "sacrificado" siendo nuevamente cedido a la Virescit Boccalone de Bergamo, la pasta que reciben por la cesión y el ahorro de la nómina de Protti sirven al Livorno para poder inscribirse en el campeonato. De no haber sido así, la A.S. Livorno hubiera pasado a la historia aquel año.
En su estancia en Bergamo contrae matrimonio con Patrizia, estamos ya en el año 1988. Desde entonces Patrizia no se pierde un sólo partido de su esposo, juegue donde juegue. Aquella temporada metió 10 goles, incluido 1 al propio Livorno.
El Bari se mueve en la zona templada de la tabla e Igor logra 9 goles. 1993 es un año con novedades buenas y malas para Igor. Por un lado, su padre, Flavio, fallece y por el otro, nace su hijo Nicholas Flavio. En noviembre de aquel año Protti se rompe el ligamento cruzado anterior en un partido contra el Cesena, vuelve a finales de temporada, en la época justa para llevar al Bari al ascenso a la Serie A. Su debut en la máxima categoría no fue nada del otro mundo, tan sólo consiguió 24 dianas alcanzando el pichichi italiano. Protti es el jugador de moda en Italia y cada tanto lo celebra fingiendo ser un pequeño trenecito junto a sus compañeros. Uno de los periódicos más importantes de Italia le entrevistó a finales de temporada por el cacho de año que se marcó y en una de las preguntas sobre donde se veía en un futuro Igor responde: "Livorno. El equipo y la ciudad están en mi corazón y se que algún día volveré". Cosas de la vida, el pichichi no pudo salvar a su equipo del descenso y el mismo año en que Protti se convertía en el máximo artillero del fútbol italiano el equipo del sur de Italia regresaba a la Serie B. Igor cambió de aires y se fue a la Lazio donde consiguió 7 golitos, uno de ellos en el derby frente a la Roma, inolvidable aquel trenecito bajo la Sud romanista cuando todavía estaba comandada por los CUCS.
A la temporada siguiente, Igor continua trotando por equipos italianos. Le toca el turno a un equipo mítico el Napoles de la era post-Maradona. Protti porta el 10 aquel año, toda una responsabilidad con mayúsculas. Realiza una buena primera parte de temporada, pero después se viene un tanto abajo, más menos como el Napoles que acaba el año con un descenso de categoría. En Napoles nace su segunda hija; Noemi. Después pasa a la Reggiana, un nuevo descenso de categoría en las carnes de Igor puesto que el equipo pasa de la Serie B a la C1, Protti es el eleguido como el mejor jugador del equipo por los propios seguidores en un sondeo realizado por la Gazzeta de Reggio y es el único en salvarse de la quema.
Y el hijo pródigo regresó a casa 11 años después de su marcha. Su corazón siempre estuvo en Livorno por la pasión de sus seguidores comunistas, por el calor de la gente, y por el sueño -finalmente cumplido- de sacar a los amaranto de la Series inferiores que llevaban arrastrando 30 años. No era fácil el fichaje de Protti por la reticencia de sus directivos, quizás ayudó a su fichaje una gran pancarta en la Curva de los ultras livornesi con un gran retrato de Igor y la pancarta "Vogliamo lui", algo así como "le queremos a él".
El retorno tuvo buena pinta desde el principio. Ya en verano, en el "Memorial Picchi", un torneo veraniego el Livorno gana 1-0 al Inter con gol de Protti. Y en liga se desmelena, goles contra la Carrarese, el Cittadella y el Albinoleffe y en la cuarta jornada, el viaje a Pisa. El equipo va bien, se siente fuerte y 10000 tios van a ver al equipo a la ciudad vecina. El partido es de infarto y el Livorno acaba remontando el 1-0 inicial, finalizando con 1-2 en el marcador. El gol de la victoria de Protti es uno de los recuerdos más memorables en la memoria colectiva de Livorno. La relación de la Curva Nord con Protti es muy estrecha. El año de nacimiento de la BAL, los ultras livornesi hacen de Igor simbolo y guia de la curva.
El 22 de Mayo del 2005 es el del retiro del jugador, contra toda una Juventus. El equipo ya estaba salvado del descenso e Igor se quisó despedir a lo grande. Antes de saltar al cesped no se le ocurrió otra cosa que llamar desde los vestuarios con su movil a uno de los capos de la curva nord. El estadio se vino abajo cantando al idolo que se marchaba. La emoción creció más cuando Protti marcó el gol livornes de aquel encuentro, pero nada comparado cuando en el minuto 61 de partido, a las 16:31 Roberto Donadoni, el entrenador del equipo, decidió que ya era hora de dar una jubilación digna al killer del área. El estadio se puso en pie, las lagrimas aparecieron en los rostros e Igor se fue despidiendo uno a uno de sus compañeros de equipo. Cuando le llegó el turno a Cristiano Lucarelli, su lugarteniente la pasión del estadio fue tal que nunca se ha llegado a un climax similar en la ciudad portuaria.
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